Uno de los tres jóvenes israelíes secuestrados en Cisjordania (Judea y Samaria) logró llamar a la policía durante su captura y susurrar “¡Me están secuestrando!”. Poco después la llamada fue desconectada abruptamente.
Sin embargo, el Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) fue informado solamente varias horas más tarde, cuando uno de los padres de los jóvenes estudiantes del seminario rabínicos (yeshiva) denunció a la policía que había perdido el contacto con su hijo.
Según el Canal 2, la policía pensó que la llamada era una broma.
El jueves a la noche,
Un alto oficial de la policía, intentando disipar las críticas, dijo que la policía de Cisjordania recibe diariamente decenas de falsos reportes de secuestros. Sin embargo, prometió que establecerá una comisión para investigar por qué la información no fue pasada al ejército mucho antes.